EL GAFIR DE ABU SIMBEL

 En mi último viaje a Egipto llegue a la explanada de Abu simbel demasiado pronto, aun apenas clareaba. Tras varios bostezos, mientras mi cuerpo aún se desperezaba. Los primeros rayos de sol me enseñaron que la puerta del templo de Ramsés II aún seguía cerrada.  

La luz de cada vez era más intensa y la emoción crecía al ritmo de mi visión. Las enormes siluetas de Ramses II de la fachada del templo ya iba cogiendo forma y gesto. Los rostros de los colosales Ramses ya dejaban verse y la luz del sol se veía claramente pero el astro rey aún no se asomaba por el horizonte. 

Como salido de la nada, apareció elgafir” el portero del templo, portando una gran llave con forma de la cruz "Anj", sus pasos eran tan decididos como tranquilos. Mi dedo no dudo en pulsar el botón de la cámara para inmortalizar el momento. 



Tres fuertes golpes se escucharon en la puerta como ritual de cortesía a los posibles “Jinas” como se hacía ancestralmente, pidiéndoles permiso para poder entrar, tras abrirse sonoramente la puerta, el mismo gafir repitió el ritual con tres sonoras palmadas, al no ser contestado, los Jinas le dejaron entrar y poder abrir las dos grandes puertas de par en par. En breve los primeros rayos de luz empezaron a entrar en el templo para que el espectáculo del baile de a luz diera comienzo. 



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